Más allá de las pizarras
Seguramente,
te has preguntado ¿por qué son tan aburridas las pizarras? Pues, aunque la
respuesta a la pregunta sea lógica: fueron hechas para trazar líneas, letras,
dibujos o números ¿Quién sabe?, no siempre es así… pero en el mundo mágico y
maravilloso se esconde un secreto que no todos pueden observar. Fer y su amigo
Alex eran unos niños muy curiosos, en todo el sentido de la palabra, un día,
muy aburridos de su clase de matemáticas comenzaron a hablar sobre las
pizarras, el profesor cansado de verlos hablar decidió que deberían tener un
escarmiento así que fue en busca de la coordinadora, mientras se dirigía a su
oficina los curiosos niños se acercaron a la pizarra, y cuando la tocaron
destellos de luz salían al contacto con sus dedos, ellos esperaban que algo
ocurriese pero esas luces los habían dejado estupefactos y en un espabilar los
chicos ya no se encontraban en el aula. Después de viajar a través del destello
llegaron a un mundo lleno de pizarras, cada una estaba escrita con temas
cotidianos que se aprendían en clases, pero todas inexplicablemente giraban en
sentido de las agujas del reloj, señalando los distintos caminos al mundo real,
los intrépidos niños empezaron a ver cada pizarra con detenimiento, se miraron
con picardía y comenzaron a caminar por todo el lugar; alejándose del punto de
partida para aventurarse por aquel mundo sin que nadie les impidiese nada, ya
que sólo eran pizarras, aburridos, decidieron hacer lo que más les divertía,
travesuras, lo cierto es que comenzaron a pensar qué podían hacer, así que
decidieron borrar las pizarras, al hacerlo el reloj se detuvo, porque los
grafos que tenía cada pizarra lograban que el reloj se moviera al compás,
dejando las pizarras como tabula rasa, el reloj siguió haciendo su trabajo como
normalmente solía hacerlo, pero lo que nadie sabía y se imaginaba era que del
otro lado de la pizarra estaba ocurriendo un caos, el maestro que estaba dando
la clases de matemática, observó que misteriosamente sus cálculos eran
transformados en obras de arte y otras en desfile de hormigas, ¡qué locura!, a cada
profesor esto le parecía extraño y por más que intentaban una y otra vez
modificarlas, no podían, lo que ocasionó que se paralizaran las clases mientras
buscaban una solución, más allá de las pizarras Fer y Alex sin ninguna
preocupación hacían desastres y tanto era que el mundo de las pizarras lo iban
dañando, de repente ya no se encontraban sólos, un crujir y gruñido había
paralizado sus corazones al ver a un gigantesco ser conocido como Sharpie,
estaba furioso, avanzando sigilosamente y con una mirada escudriñadora miraba a
los niños que aún aterrados lo miraban, él con voz de ultratumba les preguntó:
¿Qué han hecho? Con ganas de salir corriendo y con el corazón precipitado
dijeron: quisimos quitar lo aburrido de las pizarras. Sharpie, no lo podía
creer y les dijo: lo que han hecho no está bien, por sus travesuras han cesado
las clases y han contrariado el rítmo del reloj, porque las pizarras en este
mundo tan extraño obedecen el mandato del mundo exterior, ahora, si ustedes no
arreglan este desastre todo cambiará de manera drástica, dijo amenazante, Fer y
Alex confundidos y asustados comenzaron a reconstruir cada grafo, línea,
símbolo, número en su posición original, el tiempo se les hizo una eternidad, entonces
el reloj tomó su verdadero rítmo, las pizarras comenzaron a reflejar lo que se
escribía realmente, Sharpie se les acercó y dijo: Bien hecho, han de saber que
las pizarras no dejarán de ser un espejo que refleja la sabiduría de quien
escribe o su mayor incapacidad, hizo una pausa y les dijo: es hora de que
salgan a su mundo. Al salir de la pizarra cayeron al piso del salón donde nunca
se habían ido, escucharon unos pasos que se aproximaban, era el profesor y la
coordinadora, Fer y Alex reconociendo sus faltas ante la autoridad del colegio
fueron amonestados manteniendo en buen estado las pizarras. Al siguiente día
cuando fueron nuevamente a clase se encontraron Fer y Alex solos frente a la
pizarra, tocándola con su dedo índice pensaron abrir el portal para volver a
ese mundo, pero ya no funcionaba ¿qué habría pasado? Fue solo un sueño o una
maravillosa fantasía, no sabemos el tiempo que pasará para descubrirlo, pero
cada vez que ven una pizarra escrita recuerdan al tenebroso Sharpie que vigila
cada movimiento.
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