Los libros

Los Libros


A 579 años de haberse editado el primer libro "La Biblia" el libro ha sido la herramienta más importante de poetas escritores, y de la sociedad. Un libro nos transporta a lugares no conocidos y elevan la mente a vivir historias que en él se relatan, puedes leerlo en un día lluvioso o soleado, a la luz de la vela o en la soledad. Su poder es tan mágico que te adueñas de los personajes, te hacen sentir el héroe o el villano de una historia.

Hay tantos libros contando tantas historias y sueños, otros te ayudan a resolver situaciones cotidianas, puedes guardarlo en la biblioteca o si te gusta mucho debajo de tu almohada, Existen diversos libros para diversos lectores.

Jorge Luis Borges amante de la literatura dijo: "Si no te gusta un libro no lo leas; si no te gusta leer no lo hagas. La lectura no es una moda; es una forma de felicidad y no debe obligarse a alguien a ser feliz".

¿Cómo es eso de la luz?

¿Cómo es eso de la luz?



Mercedes se está bañando, se enjabonó hasta el ombligo, se le fue la luz y el agua ¡es un tremendo lío!... ¡Epa! Quiero que todos me escuchen por favor… ¿Cómo es eso de la luz? ¡Qué problema! Nos cayó pepeo. No puedo plancharme las mechas ¡Qué horror!, no puedo meterme en el face a averiguarle la vida a unas sifrinitas de por ahí… aff… es que ni han podido subir la selfie con la escoba por estos apagones, y si se me ocurre abrir la nevera a cada rato mamá grita: “¡Pero muchacha no abras tanto eso para que no se le vaya el poco fresco que tiene!”. En mi casa, en tu casa y en nuestras casas se pierde la comida, no hay clases, chévere para los flojos, ni trabajo pa´lo que pagan, se dañan los electrodomésticos, no pasan los puntos, me asombra la gente que habla de ataques que si las iguanas, las ratas, las tuquecas, los papagayos, hasta superaron la guerra de las galaxias, imagínese. 

Entonces sorpresivamente ¡llegó la luz! ¡Ah, ah, ah, ah! Salimos corriendo a cargar todo, prendemos el wifi, lavadora, licuadora y todo lo que termine en “dora”; porque en un descuido sejuela, o al estilo de Juanes: ¡Se fue la luz en todo el barrio, prende la vela pa´que la fiesta no acabe, vez la televisión y hay una excusa nueva escrita por los telettubies ¡y más telettubies quien se las cree!¡Qué barbaridad! Bueno vivimos en el país de todo lo posible. 

Por mi parte y la del cura creo que es falta de mantenimiento allá en el Gurí, pero cada loco con su tema. Cansado de quedarte sin sistema eléctrico, yo te traigo la solución: Cómprese el cocuy que alumbra toda la semana, o para los más finos la anguila eléctrica es el camino, vamos a en seriarnos deje lo conformistas, que por allí hay un lugar donde cargan los celulares y hacen transferencias tenemos derecho a servicios de calidad, y otros tan oportunistas que tienen planta te cobran por cargarte los celulares o mantenerte en la nevera la poca comida que tienes, ¡Reflexionen! Por otra parte pretenden en las instituciones escolares que los docentes les enseñen a hacer mechurrios o ser partícipes de una absurda teoría del ciberataque ético, melético, peren, pen, pético. Yo me resisto a involucionar a la edad de las cavernas.

Cuando como

Cuando como


Mi hermana Carolina llevaba días enferma, mis padres se encontraban preocupados y atentos a cualquier síntoma que pudo presentar, ella indiferente, no se sentía preocupada; de hecho no prestaba atención a su enfermedad, ya que solía estar jugando, echando bromas, corriendo, dormitando y divirtiéndose. “Me encanta su actitud, si todos la tuviéramos, con seguridad sanaríamos en un instante” pensaba sin dejar de mirarla. 

Pero un día algo muy extraño abordó la cena familiar, recuerdo que Carolina estaba comiendo, mientras que mis padres, abuela y yo habíamos terminado y mi abuela preguntó: “¿Quieres agua Carolina?” y ella respondió: “Disculpe señorita no sé quién eres, no puedo aceptarte el agua”, mi abuela extrañada comenzó a reírse por la respuesta y volvió a preguntarle: “¿Quieres agua Carolina?” y ella respondió: “No sé quién seas, no puedo aceptarle”, mi abuela volvió a reír y por tercera vez le preguntó y ella lo mismo respondió, al observar tan extraña situación mis padres alarmados decidieron llevarla al médico, pues su enfermedad era grave, en el hospital le hicieron sus respectivos chequeos, exámenes y demás saliendo todo muy bien, a Caro le preguntaron que le había sucedido más ella callada sonreía. La llevamos a casa de nuevo, todo transcurría normal hasta la hora del desayuno donde la escena se repite. Mi mamá 
Gabriela ignoro las respuestas de Carolina porque sabía que todo estaba en orden, yo confundida me dirigí a clases y al regresar presencie la misma situación que la del desayuno, no le di importancia, “podría ser un juego pensé”. Así pasaban los días y cada vez que Carolina comía no recordaba quienes le hablaban, era algo raro y espeluznante, así que sin aguantar más la situación mis padres la llevaron a distintos especialistas y nadie acertaba con su diagnóstico, decían que su enfermedad si se agravaba podría ser la más fuerte y jamás vista del mundo, palabras que nos aterrorizaron, hasta que un día terminando de comer Carolina mi papá me dice: Lesly ofrécele un vaso con agua a Caro, yo entendí la intención y de inmediato lo hice y ella respondía de la misma forma que siempre, mi papá preocupado le preguntó en tono fuerte: “¿Qué es lo que te pasa Carolina? ¿Por qué no nos reconoces?” Carolina enmudeció y al rato contestó: “Es que cuando como no conozco y cuando termino de comer, empiezo a conocer”. 

Mi mamá a lo lejos escuchó, le aviso a mi abuela y todos nos reímos de semejante broma que la pequeña Carolina había hecho, claro después de la risa mi mamá le dio su escarmiento por no haber dicho la verdad a tiempo, ella entendió y desde ese día los que hablaban bastante a la hora de comer tomaron consejo de Carolina y evitaron de hablar, según para no llenarse de aire.