Era el todo de la nada

Era el todo de la nada

Es irónico creer que la nada ocupa un lugar tan importante en nuestras vidas, siendo capaz de cambiar, completar y resolver algunas cosas de maneras inimaginables, haciéndote pensar que la mayoría de las afirmaciones son relativas e increíbles.

En medio de menos infinito y más infinito, de lo posible e imposible, entre sueños y realidades; los sentimientos fluyen como agua en manantial, pues 1 y -1 estaban enamoradas de un mismo número. Su nombre era Kha, un extraño forastero que había llegado a Plimpton despertando la curiosidad de todos quienes lo observaban por sus insólitas cualidades. Y aunque 1 y -1 disputaban por su amor; él hacía de centro, trabajaba como mediador. A pesar que no era nada; significaba el todo; no sumaba, ni restaba. No multiplicaba, ni siquiera dividía.

Es difícil entender como dos seres pueden amar a alguien así, encontrando en él todo, en medio de la nada.

Pues el amor detecta hasta las más simples virtudes; siendo tan complejo como la presencia de Kha dentro del conjunto de los números reales; cuyas actividades eran limitadas en medio de tantos números diligentes, por lo que; estaban consideradas de poco o nulo valor por algunos eruditos, mientras que otros se preguntaban ¿Cuál era la razón de su existencia?, ¿Su presencia pasaría desapercibida o marcaría alguna diferencia?

Las interrogantes formaban parte de la vida de Kha, quien sin conocer las respuestas las dejaba a un lado, pues se caracterizaba por tener un alma libre, neutra y despreocupada, un número independiente, centrado en sus asuntos y con identidad propia. Sin embargo, su principal atributo era su belleza, hasta el momento, resultaba atractivo a todos quienes lo conocían; debido a que actuaba como dígito; añadiéndole valor a los números si se posicionaba a la derecha; mientras que en el lado izquierdo no le veían importancia pues creían que no tenía valor, es por ello que quienes realmente le tenían cariño evitaban que lo colocaran en ese lugar; considerando que se trataba de una humillación para Kha.

1 y -1 estaban maravilladas por lo que observaban, no desperdiciaban ninguna oportunidad de estar con él, buscando de cualquier forma capturar su atención, actitudes desagradables para el 2, el pobre llevaba años enamorado de 1 sin lograr nada con ella. Y ahora con Kha se convertía en un camino cuesta arriba.

—1 está encantada con ese número, no para de hablar de él. Se rumora que no lleva signo. Y si seguimos así; en las futuras generaciones lo recordarán como el centro o la separación de todos los números. ¿Tú qué opinas? –preguntó el pícaro 3 a su amigo el 2 quien hacía cuentas con su ábaco.

—Pues, no me voy a preocupar por alguien tan insignificante como ese, dentro de poco a 1 y -1 se les pasará la fiebre. Todo volverá a la normalidad, ya verás. respondió con seguridad el 2.

—No lo creo, en los próximos días vendrá un gran erudito a hablarnos sobre las últimas novedades matemáticas; con seguridad nos contará sobre la vida de Kha, eso emocionará más a todos, en especial a sus fans. –comentó el petulante 4 que pasando por allí había escuchado la conversación de sus compañeros.

Estas palabras preocuparon a 2, quien con una cara de disgustó intentó disimular lo que sentía, no quería que notaran lo afectado que había quedado.

Por otro lado, 1 se mostraba muy confiada, segura de sí misma, pensaba que era capaz de conquistar a Kha, pues juntos formaban el número 10, y si se lo proponían otros números más, siempre serían mayoría. Pero con -1, su amado representaría minoría aún con todos los dígitos del mundo. Así que esta situación resultaba ventajosa para la reina de los números, la primera en existir.

Por su parte; -1 gozaba de perspicacia; una cualidad que pocos números negativos tenían; y aunque sabía que su futuro con Kha era muy difícil había guardado para sí misma una noticia impactante, creyendo que al decirla cambiaría las cosas.

Sin embargo, ninguna entendía que el amor no funcionaba de esa manera, no se trataba de cuál de las dos le ofrecía mayoría o la mejor de las novedades, resultaba más simple de lo que imaginaban, consistía en aceptarlo tal como era.

—¡Hey! Disculpa… no te he preguntado, ¿a qué subconjunto matemático perteneces? interpeló 1 a Kha, quien sentado en una banca estaba distraído en sus pensamientos.

—Justo ahora no puedo responderte, pero, ¿por qué la curiosidad? demandó con inquietud Kha.

—Es que tú debes permanecer con los naturales, combinas con todos, porque eres sincronía entre sol y luna, entre mar y estrellas, como dice Quetzal Noah. contestó 1 esperanzada.

Sin contenerse -1 que de una forma inesperada había llegado ahí, expresó esa noticia que tanto había ocultado:

—¡Ni te emociones! Él es un entero.

Antes que alguien cuestionara la afirmación de -1, sonaron unas trompetas, luego se escucharon unos pasos, alguien se aproximaba; y en ese instante una voz exclamó:

—¿Eres tú Cero?

—No hay nadie aquí que tenga ese nombre garantizó el 1.

—¡Te equivocas!, él es Cero, es su verdadero nombre. afirmó Cicero aquel erudito que tanto habían esperado.

En ese momento todos en Plimpton se acercaron con el fin de escuchar sus palabras, rodearon la banca donde aún permanecía sentado Cero. Cicero enmudeció, luego de unos segundos, continuó:

—Kha debe su origen a los sabios indios y al ilustre Fibonacci quien bautizó a tú abuelo en Europa, denominándolo Zero, de ahí la familia se ha expandido por todo el mundo, teniendo yo la suerte de encontrarte aquí.

Todos se encontraban atónitos, en especial Cero, él permaneció en silencio, miró a Cicero haciéndole señas que continuara, sólo él podía responder todas sus preguntas

—Aún la nada es un número que tiene un propósito, fue el sabio Brahmagupta el primero que afirmó que Zero es un número utilizado en operaciones aritméticas, hace maravillas sin sortilegios ni varitas, convirtiendo las deudas en fortunas y las riquezas en deudas.

Luego se descubrió que serías sempiterno en el mundo, siendo esencial para el código binario donde un bit puede ser representado por ti, mientras que eres el centro de una recta real en matemática; donde se recalca que formas parte de los enteros, no solo para marcar posición.

—Pero, si es importante; ¿por qué a la izquierda de un número no vale nada? preguntó confundido el intrépido 5.

—Muchos ignoran que a raíz de estar en ese lugar han existido avances tecnológicos increíbles e inimaginables; donde el cero es imprescindible. Demostrando que 500 gr de oro es equivalente a 0.5 kg, debido a que este número permite a los demás o a alguna cantidad transformarse en lo que desee, de acuerdo a su posición. Y así podría estar enseñándoles de esto todo el día, tomando en cuenta la notación científica, las tolerancias, procesos informáticos o cantidades mínimas donde su presencia es necesaria, pero ya es hora de irme.

—¡Por años me han hecho pensar que soy solo un dígito! manifestó Cero al gran maestro Cicero.

—Ahora que sabes la verdad; repetirás a tus generaciones lo siguiente: Cuando crean que no son nada para alguien recuerden que son el todo para todos. aconsejó el sabio.

El 2 al oír esto se apartó, y uno a uno se fue yendo el resto de los números, quedando solo 0, 1 y -1

—¿Qué está pasando? interrogaron al unísono 1 y -1.

—No lo sé. Lo único que les digo es; que si en esta historia no pudimos estar juntos espero que más allá en el infinito lo estemos. contestó pensativo el Cero.

De pronto, aparecí en el suelo, sobre una lámina de papel donde una humilde madre nos dibujaba encima de una recta numérica, enseñándole a su niño como el cero se convertía en todo.

Aún en esa recta permanecían 1 y -1 a mi lado, ya no había peleas, y en cuanto a mí, como lo había señalado Cicero, sería reconocido para la posteridad como el Cero.

 Galex

El Sendero del Éxito

El Sendero del éxito


Al pie de un frondoso árbol; en el Campo de Carabobo se encontraba el envejecido Páez, sentado al lado de una niña que le preguntaba insistentemente sobre los acontecimientos ocurridos en ese lugar.

Él titubeó por un momento pensado si lo entendería, entonces abrió su corazón; dando rienda suelta al recuerdo de aquellos días, que empañaban sus ojos y comenzó su historia.

Sabes, fui el séptimo de ocho hermanos, tuve que aprender desde muy niño a sobre ponerme a las dificultades que vivía, trabajé con esfuerzo y tesón, mi carácter recio e indómito me ayudó a participar en las tropas independentistas y llegar a conocer a mi General Simón Bolívar, donde quedé maravillado por su astucia e inteligencia en las maniobras militares.

Días antes del glorioso encuentro en esta sabana; Bolívar había ordenado que concentráramos las tropas en el centro. Dispuso que el General Rafael Urdaneta avanzara desde su tierra Maracaibo, pasando por Coro y Barquisimeto, Cruz Carrillo marcharía desde Trujillo y yo saldría de Apure, por la vía Achaguas; para reunirme con Simón Bolívar en San Carlos.

Mientras que todos nos dirigíamos a encontrarnos con mi General, él ya tenía otra estrategia: la operación distracción, encomendada al excelentísimo General Bermúdez, quien con pocos soldados republicanos logró llegar triunfante a Caracas el 14 de mayo. Tanto fue su valor que los realistas retrocedieron a Aragua. Recuerdo que los derrotó el 20 del mismo mes, pero enfurecido el realista Miguel de la Torre Gran Mariscal de Campo ordenó perseguir al honorable José Bermúdez y detenerlo.

-Pero, ¿Qué pasó? ¿Lograron detenerlo? ¿Murió en manos de los realistas? preguntó preocupada la niña.

-No, afortunadamente no pudieron alcanzarlo. Él seguía al pie de la letra las órdenes de Bolívar, retirándose a Caracas y luego a Barlovento. –contesté.

Reunidos todos en San Carlos, planificamos lo que haríamos en el combate. Aquí mi General dividió el ejército en tres partes: los primeros denominados como Batallones Bravos de Apure y Británico, quienes estaban bajo mis órdenes. Los segundos eran los Batallones Tiradores Boyacá y Vargas, ellos obedecerían el mando del bravo General Manuel Cedeño; y el último el Regimiento de Caballería comandado por el intrépido Coronel Ambrosio Plaza. Al terminar las estrategias militares; nos reuníamos a descansar.

-¿Y qué hacían mientras descansaban? Yo me imagino que Bolívar contaba sus anteriores hazañas, o los pensamientos que todo el tiempo nos viven recordando en la escuela. –dijo Teresa.

-No, cuando reposábamos de tanto afán; el Negro Primero se encargaba de alegrarnos con sus originales chistes y sus ocurrencias. La mayoría de mis compañeros lo buscaban para ambientar las conversaciones. Porque si había alguien chistoso entre los patriotas era él. –respondí melancólico.

Un día antes de la batalla; Bolívar pasó lista a su ejército en un lugar de Cojedes, cuyo nombre es Los Taguanes. Ahí contamos a 6400 hombres que conformaron toda la tropa, dispuestos a luchar y a defender la patria.

El maravilloso 24 de Junio de 1821, comenzamos la marcha por todos esos montes que nos separaban de la sabana de Carabobo; a las 11 de la mañana estábamos frente a frente con el enemigo, y en ese instante mi General Bolívar se percató que no podíamos atacarlos por el frente, por lo que rápidamente dio la orden de que un batallón atravesara un río por el camino de la izquierda. Y al mismo tiempo que los Bravos de Apure nos movilizáramos por la derecha de los realistas. Cada uno andaba con valentía a pesar de que estábamos siendo dominados por el fuego del enemigo. En el camino, le dije al bizarro Negro Primero que se colocará detrás de mí para defenderlo, pero él con mucha más autoridad exclamó:

-Delante de mí solamente la cabeza de mi caballo.

Teresa curiosa por una de mis palabras me interrumpió para preguntar:

-¿Por qué dices que el Negro Primero era un bizarro? ¿Qué es eso?

Me hizo gracia su comentario, ya que estaba tan emocionado contando la historia que se me había olvidado que hablaba con la pequeña Teresa, así que con sencillez le aclaré:

-Bizarro es una palabra que significa valiente y decidido.

-Ah, ya entendí, continúa.-manifestó la niña.

Más adelante escuché susurros entre los soldados, hasta que un militar acercándose me declaró:

-Tengo miedo mi señor. Son muchos los que nos atacan.

-¡No te acobardes chico! Ellos son muy pocos, si acaso tendrán 4500 hombres. Nosotros somos mayoría. –afirmé.

Media hora después logramos cortar el ejército y penetrar la línea de fuego, esa peligrosa línea en la que podíamos ser golpeados por los realistas.

Faltando 15 minutos para el mediodía batallábamos fuertemente en la sabana de Carabobo, donde el inclemente sol nos azotaba y su esplendor anunciaba nuestra victoria.

El pobre; pero aguerrido General Cedeño desesperado por no entrar en acción decidió combatir a una masa de infantería, donde quedó herido en la cabeza y cayendo al suelo murió. Nos llenamos de tristeza, ya que nadie quiere que un amigo muera en combate, pero como dijo Bolívar: “tuvo una muerte heroica como lo merecía”.

Entre lágrimas, también vimos caer al Coronel Ambrosio Plaza, él que con su división atacó por el frente, pero su vida terminó en manos de los realistas. Así uno a uno fueron falleciendo, realistas y patriotas entre más se luchaba.

Luego de una hora derrotamos al enemigo. Muchos españoles huyeron, excepto el Batallón Valencey, que ordenadamente se dirigía a Puerto Cabello. Pese a esto, otros patriotas los persiguieron, para así asegurar el triunfo.

-¡Impresionante!, pero, ¿Qué pasó con el Negro Primero? –me interpeló Teresa.

Lamentablemente; él vino a mí. Yo le pregunté: ¿Tienes miedo? A lo que me respondió: “Mi general, vengo a decirle adiós porque estoy muerto”.

Fue uno de los fallecidos que me dolió más, pero quedé orgulloso de saber que en mi ejército no hubo otro como Pedro Camejo, el Negro Primero. –aseguré.

Finalmente, mi General Bolívar en el campo de batalla me ofreció el cargo de General en Jefe del Ejército, me alegré mucho, no solo por mí, sino por mi patria. Todos estábamos felices por el triunfo, sin embargo, existió melancolía en nuestros corazones por los compañeros que ya no estarían con nosotros.

-¿Y luego que sucedió? –demandó Teresa.

-Al día siguiente; Bolívar envió una carta al Congreso de Colombia explicando lo que pasó, al igual que el General Miguel de la Torre, este último a Caracas. –expliqué.

- Y ahora, ¿Qué significó para ti? –interrogó la niña.

-Fue uno de los combates más importantes, donde tuvimos que demostrar bastante gallardía. Para mí significó el sello de la independencia de Colombia ante el yugo español y la muestra de que siempre será bueno luchar por lo que uno ama.

Teresa se levantó, agradecida me dio un abrazo de despedida, afirmándome que nadie le había contado la historia de la Batalla de Carabobo como yo lo hice.

Y así el General Páez se fue alejando en el Campo de Carabobo, mientras que la niña Teresa no despertaba de su asombro.